Dios escucha nuestras lágrimas | Thomas Brooks

Dios escucha nuestras lágrimas | Thomas Brooks

[«Y Ezequías lloró amargamente» (Is. 38:3 NBLH), o como lo dice el hebreo: «Lloró con gran llanto». ¿Pero no estaba el Señor disgustado con él por su gran llanto? ¡No! «He oído tu oración, y visto tus lágrimas; he aquí que yo añado a tus días quince años» (v. 5). Dios tenía una redoma para sus lágrimas, así como una bolsa para sus pecados (cf. Sal. 56:8). No hay agua tan dulce como las lágrimas de los santos cuando no desbordan las orillas de la moderación.

Las lágrimas no son mudas. Estas tienen una voz, y su oratoria es de gran prevalencia para con el Dios todopoderoso. Y es por eso que la lamentación del profeta convocaba lágrimas: «El corazón de ellos clamaba al Señor; oh hija de Sion, echa lágrimas cual arroyo día y noche; no descanses, ni cesen las niñas de tus ojos» (Lm. 2:18), o «que no guarden silencio las hijas de tus ojos» como se traduce del hebreo.

Aquello que llamamos globo ocular o niña del ojo, los hebreos llaman la hija del ojo, porque es tan querido y tierno para un hombre como una hija única; y porque en ello aparece la semejanza de una pequeña hija. Comentando sobre las palabras del profeta, Roberto Belarmino (1542-1621) escribe:

Grita en voz alta, no con tu lengua, sino con tus ojos; no con tus palabras, sino con tus lágrimas; porque esa es la oración que hace la entrada más forzada a los oídos del gran Dios del cielo. Cuando Dios golpea, busca que temblemos; cuando Su mano se alza alto, busca que nuestros corazones se humillen; cuando tiene la vara en Su mano, busca que tengamos lágrimas en nuestros ojos, como pueden ver al comparar estas porciones de las Escrituras juntas:

"Está atento, y respóndeme; clamo en mi oración, y me conmuevo" (Sal. 55:2). 

"Estoy encorvado, estoy humillado en gran manera, ando enlutado todo el día" (Sal. 38:6).

"Cuando esperaba yo el bien, entonces vino el mal; y cuando esperaba luz, vino la oscuridad. Mis entrañas se agitan, y no reposan; días de aflicción me han sobrecogido. Ando ennegrecido, y no por el sol; me he levantado en la congregación, y clamado. He venido a ser hermano de chacales, y compañero de avestruces. Mi piel se ha ennegrecido y se me cae, y mis huesos arden de calor. Se ha cambiado mi arpa en luto, y mi flauta en voz de lamentadores" (Job 30:26-32).

Dice el poeta griego: «Los buenos hombres lloran fácilmente». Y cuanto mejor sean, están más inclinados a llorar, especialmente bajo la aflicción. Como puedes ver en David, cuyas lágrimas en lugar de gemas, fueron los ornamentos comunes de su cama. Así mismo en Jonatán, Job, Esdras, Daniel, etc. «¿Cómo dice Bradford- enjugará Dios mis lágrimas en el cielo, si no he derramado ninguna en la tierra?» ¿Y cómo cosecharé con alegría, si no sembré con lágrimas? Nací con lágrimas y moriré con lágrimas. ¿Y por qué entonces debería vivir sin ellas en este valle de lágrimas? Así como hay tiempo para llorar, también hay tiempo para reír; tiempo para endechar, y tiempo para bailar (cf. Ec. 3:4).

La prenda de luto entre los judíos era la prenda negra, y la prenda negra era la prenda de luto: «¿Por qué andaré enlutado?» (Sal. 43:2).

La palabra hebrea «cadár» significa «negro». «¿Por qué andaré de negro?» A veces los cristianos deben quitarse sus ornamentos vistosos y ponerse sus ropas negras de luto:

"Yo no subiré en medio de ti, porque eres pueblo de dura cerviz, no sea que te consuma en el camino. Y oyendo el pueblo esta mala noticia, vistieron luto, y ninguno se puso sus atavíos. Porque Jehová había dicho a Moisés: Di a los hijos de Israel: Vosotros sois pueblo de dura cerviz; en un momento subiré en medio de ti, y te consumiré. Quítate, pues, ahora tus atavíos, para que yo sepa lo que te he de hacer. Entonces los hijos de Israel se despojaron de sus atavíos desde el monte Horeb", (Ex. 33:3-6).

Tomado del libro de Thomas Brooks “El cristiano enmudecido bajo la disciplina de Dios” pág 37 -39

*Thomas Brooks (1608-1680): Predicador congregacional; autor de Preciosos remedios contra las artimañas de Satanás (Precious Remedies against Satan’s Devices). 

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